Una mujer es inculpada por complicidad en el robo millonario del Louvre y otro de los detenidos queda libre sin cargos
La Justicia francesa ha imputado a una mujer de 38 años por complicidad en el espectacular robo de joyas cometido el pasado 19 de octubre en el museo del Louvre, mientras que otro de los detenidos en la misma operación ha sido liberado sin cargos, según confirmaron fuentes judiciales.
La mujer, vecina de La Courneuve, al este de París, fue presentada ante un juez bajo la acusación de complicidad de robo en banda organizada y asociación de malhechores. La Fiscalía ha solicitado su ingreso en prisión preventiva. “Está hundida, niega los hechos que le imputan y no entiende nada”, declaró su abogado, Adrien Sorrentino, a los medios locales.
Las investigaciones apuntan a que la detenida podría haber colaborado con el grupo de cuatro personas que perpetró el robo de las joyas, valoradas en 88 millones de euros. Aún se desconoce su papel exacto en la operación.
El golpe, descrito por la fiscal de París Laure Beccuau como “organizado y ejecutado con gran profesionalidad”, se produjo cuando los ladrones escalaron hasta un balcón de la Galería Apolo utilizando una grúa, rompieron una ventana con sierras radiales, forzaron las vitrinas que contenían joyas del tesoro real francés y huyeron en motocicletas por la misma vía.
La Fiscalía ha confirmado que aún no se han recuperado las joyas robadas, aunque las investigaciones avanzan. Entre los cinco últimos detenidos figura una persona que estaba “en el punto de mira” de los investigadores por su presunta participación directa en el asalto. Según la cadena BFMTV, su ADN habría sido hallado en objetos utilizados durante el robo, aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente.
Esta nueva imputación se suma a las de dos hombres arrestados el pasado domingo, también sospechosos de haber participado directamente en el robo. Uno de ellos fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba huir a Argelia, mientras que el otro fue arrestado en su domicilio en Aubervilliers, a las afueras de París. Ambos habrían confesado parcialmente su implicación.
La policía francesa continúa tras la pista del cuarto miembro del comando, aún en paradero desconocido, mientras el caso mantiene en vilo a Francia por la magnitud del botín y la audacia del asalto en uno de los museos más emblemáticos del mundo.