Derechos pasajeros aéreos

Los ministros de Transporte de la Unión Europea intentan acordar la reforma en derechos de pasajeros aéreos

Los ministros de Transportes de la Unión Europea intentarán este jueves alcanzar un acuerdo político para reformar las normas sobre los derechos de los pasajeros aéreos.

La propuesta contempla ampliar los umbrales mínimos de retraso que permiten reclamar una compensación, lo que ha generado el rechazo frontal de al menos seis países —entre ellos España y Alemania— por considerar que supone un retroceso en los derechos consolidados de los viajeros.

 

En los últimos días, las reuniones a nivel de embajadores no han logrado reunir la mayoría necesaria para aprobar el texto de compromiso.

No obstante, la presidencia rotatoria de Polonia, que termina en junio, cree que aún hay margen para convencer a algunos de los países escépticos y ha decidido trasladar la discusión al nivel ministerial.

El borrador en discusión eleva los umbrales de retraso para recibir compensación: de las actuales 3 horas a 4 horas en vuelos de menos de 3.500 kilómetros, y hasta 6 horas en vuelos de mayor distancia.

Actualmente, las indemnizaciones oscilan entre los 250 y los 600 euros, según la distancia del trayecto.

Además de España y Alemania, también se oponen en cierta medida Países Bajos, Hungría, Portugal y Eslovenia.

En el otro extremo, algunos Estados miembros no solo rechazan ampliar los umbrales actuales, sino que proponen incluso alargarlos más allá de las 4 horas, en línea con la propuesta original de la Comisión Europea, que planteaba entre 5 y 9 horas. 

Estos países argumentan, en línea con las aerolíneas, que mantener el umbral en 3 horas implica altos costes y podría incentivar a las compañías a cancelar vuelos con retrasos importantes, ya que la cancelación resultaría menos costosa que pagar indemnizaciones.

Una evaluación de la Comisión respalda esta idea, aunque otras fuentes europeas aseguran que desde que se aplica la compensación a partir de 3 horas, no hay pruebas de un aumento en el número de cancelaciones.

Las compensaciones no son el único escollo. Otro tema conflictivo es el derecho a llevar una maleta de mano sin coste adicional. Aunque el reglamento actual no lo recoge, el TJUE ha establecido en varias sentencias que este derecho debe garantizarse.

La propuesta polaca plantea permitir que cada pasajero suba al avión un “objeto personal” sin cargo adicional, siempre que quepa bajo el asiento delantero. Sería la primera vez que el reglamento lo mencione explícitamente.

Sin embargo, países como España consideran que esta definición es ambigua y puede abrir la puerta a que las aerolíneas cobren por maletas que van en los compartimentos superiores, a pesar de que no implican costes ni responsabilidades adicionales como el equipaje facturado.

Otra cuestión pendiente es la definición de las "circunstancias extraordinarias" que eximen a las aerolíneas del pago de indemnizaciones. El objetivo es clarificar qué problemas técnicos se consideran inevitables y cuáles derivan de una mala gestión del mantenimiento.

Incluso si se alcanza un consenso este jueves, no significará el final del proceso. El acuerdo marcaría apenas el inicio de las negociaciones con el Parlamento Europeo, que deberá consensuar el texto final.

Bruselas insiste en que es un momento clave para relanzar la revisión del reglamento, que lleva bloqueada desde que la Comisión presentó la reforma en 2013 y el Parlamento fijó sus líneas rojas en 2014.

Hay consenso en que la normativa vigente está desactualizada y contiene demasiadas lagunas, lo que genera inseguridad tanto para los pasajeros como para las aerolíneas.

La reforma propuesta aborda más de 30 aspectos, entre ellos, evitar que un billete de vuelta comprado junto con el de ida quede anulado si el pasajero no utiliza el trayecto inicial.

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