Christine Lagarde anticipa una mejora del crecimiento de la eurozona

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado que el banco “probablemente” elevará sus previsiones de crecimiento para la Eurozona en su próxima revisión —prevista en diciembre—, tras evidenciar una resistencia mayor de la prevista en el entorno económico.  

Christine Lagarde
Christine Lagarde

“La economía de la eurozona ha resistido”, destacó Lagarde, tras señalar que muchos anticipaban una caída más fuerte por los aranceles, la apreciación del euro y la competencia global.  

 ¿Qué cifras sostiene el BCE?

    •    En su último conjunto de proyecciones macroeconómicas —publicadas en septiembre de 2025—, los técnicos del BCE estimaron un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 1,2 % para 2025, seguido de un 1,0 % en 2026 y un 1,3 % en 2027.  

    •    Las medidas de inflación también reflejan una tendencia de moderación. Se prevé que el índice general alcance una media del 2,1 % en 2025, con descensos hasta el 1,7 % en 2026 y un rebrote moderado al 1,9 % en 2027.  

    •    La inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos) se proyecta en torno al 2,4 % para 2025, bajando hasta el 1,9 % y 1,8 % en 2026 y 2027 respectivamente.  

Estos datos permiten considerar una eurozona con crecimiento moderado, inflación controlada y un panorama relativamente estable, si no emergen nuevos riesgos externos graves.

¿Por qué el BCE ve motivos para el optimismo?

    1.    Resiliencia de la demanda interna: A pesar de dificultades externas —como tensiones comerciales, aranceles o apreciación del euro— la economía doméstica del bloque ha mostrado un comportamiento más robusto de lo esperado. Los indicadores de confianza en manufacturas, empleo y consumo se han mantenido razonablemente bien.  

    2.    Política monetaria estable: El BCE considera que su postura actual —con los tipos de interés en pausa— sigue siendo la adecuada. La entidad no ve necesario cambiarla a corto plazo, dado que la inflación está cerca del objetivo del 2 %.  

    3.    Condiciones más favorables a la inversión: Con los efectos de recortes de tipos pasados parcialmente trasladados a la economía real, así como inversiones públicas en infraestructuras y defensa, se espera que el gasto de hogares y empresas apoye el crecimiento.  

Pero no desaparecen los riesgos

Aunque el panorama pinta relativamente bien, el BCE advierte de varias amenazas que podrían condicionar la proyección:

    •    Las tensiones geopolíticas y comerciales globales siguen siendo fuente de incertidumbre, lo que podría afectar exportaciones, inversión y confianza.  

    •    Aun con la inflación cerca del objetivo, la variabilidad en precios de energía, materias primas y salarios sigue siendo un foco de vigilancia, lo que podría alterar las predicciones.  

    •    Estructuras internas de la eurozona: Según Lagarde, los obstáculos regulatorios y las barreras que aún existen dentro del mercado único limitan la eficiencia económica. Para aprovechar el llamado “momento euro”, subraya, esos problemas deben ser abordados.  

Conclusión: ¿una eurozona en “modo moderado, pero estable”?

El mensaje del BCE apunta a que la eurozona atraviesa por una fase de consolidación: crecimiento moderado, inflación controlada y una demanda interna que sostiene la economía a pesar del contexto global adverso. Si las condiciones externas no se deterioran, la perspectiva para 2025-2027 es de estabilidad, aunque el margen para sorpresas existe.

En definitiva, la eurozona parece haberse alejado de los peores escenarios previstos —grandes caídas o crisis severas—, y, según el BCE, ha encontrado un punto de equilibrio que, con reformas internas y un entorno internacional razonablemente estable, podría sostener un crecimiento moderado pero sostenible.

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