Un estudio de ADEMA Salud del IUNICS, publicado en Nutrients, revela claves del envejecimiento arterial y cardíaco

Los investigadores han identificado que fumar, consumir alcohol, seguir una dieta poco saludable y llevar una vida sedentaria puede triplicar el riesgo de envejecimiento prematuro del corazón y las arterias
Un estudio elaborado por el equipo de investigación ADEMA Salud del IUNICS, publicado en Nutrients, en una de las revistas científicas europeas más importantes, ha revelado que las mujeres en Baleares y, en el resto de España, presentan una mejor salud cardiovascular que los hombres, con una edad vascular y cardíaca significativamente más baja.
Según ha explicado el director de I+D+i y de publicaciones científicas de la Escuela Universitaria ADEMA, el doctor Arturo López, “en promedio, los hombres tienen seis años más de edad vascular (EV) y edad cardíaca (EC) de la que indica su edad cronológica, mientras que en las mujeres esta diferencia apenas alcanza un año”.
El análisis, realizado en una muestra de 139.634 trabajadores de diferentes sectores y regiones españolas (con una fuerte representación de Baleares), ha evaluado cómo factores sociodemográficos y hábitos de vida influyen en el envejecimiento cardiovascular. “Los datos muestran que el 40,5% de los participantes eran mujeres y que la media de edad del total de trabajadores analizados era ligeramente superior a los 40 años”, ha detallado el doctor Arturo López.
El estudio confirma que las mujeres tienen valores significativamente mejores en casi todos los indicadores de salud cardiovascular. Por ejemplo, la media de la presión arterial sistólica en hombres fue de 126,2 mmHg, mientras que en mujeres se situó en 115,6 mmHg.
Lo mismo ocurre con la presión diastólica (76,6 mmHg en hombres frente a 71,1 mmHg en mujeres) y con los niveles de colesterol total (199,6 mg/dL en hombres y 194,6 mg/dL en mujeres).
Otro dato relevante es la diferencia en la adherencia a la dieta mediterránea: el 47,2% de las mujeres sigue este patrón alimentario, frente a sólo 34,2% de los hombres. Este factor es crucial, ya que el estudio demuestra que una baja adherencia a la dieta mediterránea duplica el riesgo de tener una edad cardíaca elevada.
Asimismo, el sedentarismo es más común en los hombres (62,4% no realiza actividad física regularmente, frente al 51,4% en mujeres), y el consumo de alcohol es notablemente mayor en ellos (32,7% frente a 15,6% en mujeres). Estos factores explican en gran parte la diferencia en los valores de envejecimiento cardiovascular entre ambos sexos.
Factores que más influyen en el envejecimiento cardiovascular
Los investigadores han identificado que fumar, consumir alcohol, seguir una dieta poco saludable y llevar una vida sedentaria puede triplicar el riesgo de envejecimiento prematuro del corazón y las arterias. Los fumadores presentan un 2,88 veces más riesgo de tener una edad cardíaca superior a la cronológica y un 2,95 veces más riesgo de una edad vascular elevada. En el caso de los consumidores habituales de alcohol, el riesgo de envejecimiento acelerado se multiplica por 3,20.
Además, el nivel socioeconómico también influye. Los trabajadores de clase social III (empleos no cualificados) tienen un 2,70 veces más riesgo de tener una edad vascular elevada, en comparación con aquellos de clase social I (directivos, profesionales y artistas). Este fenómeno podría explicarse por una menor educación sanitaria, peores hábitos alimenticios y menor acceso a recursos de prevención.
El envejecimiento vascular y cardíaco, un problema prevenible
Para el presidente del Consejo Asesor de Investigación de la Escuela Universitaria ADEMA, el doctor Pere Riutord, “los resultados del estudio refuerzan la importancia de promover hábitos de vida saludables desde edades tempranas para frenar el envejecimiento cardiovascular. La actividad física regular reduce el riesgo de tener una edad vascular alta en un 66%, y la adherencia a la dieta mediterránea disminuye este riesgo en más del 60%”.
A la luz de estas conclusiones, el equipo de investigadores recomienda a la población para que tome conciencia de la importancia de estos factores. Aunque la genética juega un papel en el envejecimiento cardiovascular, el estudio demuestra que la mayor parte del riesgo es modificable. En palabras del doctor Arturo López: “No podemos cambiar nuestra edad cronológica, pero sí podemos influir en la edad real de nuestro corazón y arterias”.