Boris Becker pierde su Maserati por no pagar las multas

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Momento duro y además vergonzoso para el tenista alemán Boris Becker.

Lejos queda la admiración despertada cuando supo conquistar el mundo del tenis allá por 1984, cuando levantó el trofeo de Wimbledon con tan solo 17 años.

Una eternidad ha pasado desde las inolvidables voladas en la red de Boris y de sus seis títulos de Grand Slam, pero Boom Boom Becker se las ingenia para no pasar inadvertido. Después de entrenar a Novak Djokovic, de quien se desvinculó el año pasado, los problemas financieros parecen no darle tregua.

Según el diario inglés The Guardian, a Becker le han embargado su lujoso Maserati azul metálico brillante, valorado en 65.000 euros, por su imposibilidad de afrontar las numerosas multas por mal estacionamiento que ha acumulado en Londres.

De hecho, Becker se declaró en bancarrota personal el pasado 21 de junio.

El tenista alemán siempre ha tenido una relación conflictiva con el éxito y nunca pudo adaptarse a la vida post-retiro, manteniendo un estilo de vida desordenado y lleno de excesos. A esto se sumaron varios fracasos empresariales en el mundo de la gastronomía y el entretenimiento. Hace solo unas semanas se reveló que el ex número 1 del mundo tiene una deuda de 41 millones de dólares con Hans-Dieter Cleven, antiguo socio de la estrella del tenis.

Al mismo tiempo, Becker está tratando de vender su lujosa villa en el municipio mallorquín de Artà, que ha estado al borde de la subasta en reiteradas ocasiones durante los últimos años debido a diversas deudas que el genial tenista no pudo o no quiso pagar.

Como si la poca fortuna en los negocios fuera poco, Becker tiene en su haber el traumático y costoso divorcio de su primera mujer, Barbara Feltus, de quien se separó tras un brevísimo encuentro sexual con la modelo rusa Angela Ermakova, affaire que derivó en el nacimiento de su hija Anna.

Becker, comentarista asiduo de la BBC de Londres, estaría afrontando problemas con su actual mujer, la modelo de origen holandés Lilly Kerssenberg. Esto podría acentuar los ya conflictivos manejos de Boris con el dinero. Sin embargo, el alemán -de 49 años y con 49 títulos individuales de la ATP- ha negado siempre las informaciones sobre su debacle financiera, que atribuye al incesante foco y hambre de los medios por su persona.

Dueño de uno de los saques más poderosos de su época, de una volea descomunal y una mentalidad ganadora difícil de igualar, el teutón deberá esforzarse mucho si quiere levantar este match point que la vida después del tenis le puso enfrente.

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