El Peugeot 407 diésel: el coche que movió a Sánchez… y medio PSOE

peugeot407

Hay semanas en política donde los titulares los acaparan leyes, discursos, presupuestos… y luego está esta semana, en la que el protagonista inesperado vuelve a ser un Peugeot 407 diésel de la vieja escuela, ese mismo con el que Pedro Sánchez —junto a Cerdán y Ábalos— se recorrió España como si fueran una boy band de la socialdemocracia en plena gira de verano.

Todo surge a raíz de la comparecencia del presidente en el Senado, que ha resucitado al mítico vehículo y lo ha devuelto al centro de la conversación nacional. Y es que hay coches oficiales híbridos, blindados, eléctricos y ultramodernos… pero ninguno genera titulares como este veterano diésel, que probablemente ya acumula más kilómetros que un debate sobre la amnistía.

El “Tour de España” versión 407

El relato tiene algo de película de colegas:

Sánchez al volante, Ábalos corrigiendo el GPS desde el asiento del copiloto y Cerdán atrás, quizá intentando poner su música mientras todos fingen que les gusta. Entre curva y curva, España se transformaba y, según parece, también alguna que otra estrategia política que luego se explicaría “a matices” en rueda de prensa.

Es fácil imaginar la escena: paradas en áreas de servicio, cafés recalentados y debates apasionados sobre el futuro del país… o sobre por qué el aire acondicionado del Peugeot seguía sonando como un ventilador de colegio público.

Las preguntas que todos nos hacemos

A raíz de esta resurrección pública del 407, han surgido dudas nacionales de interés general, de esas que deberían debatirse incluso antes que los Presupuestos:

    •    ¿Cuántas decisiones de Estado se tomaron en ese habitáculo del Peugeot 407 diésel?

    •    ¿Qué pensaría el salpicadero si pudiera declarar en la comisión de investigación?

    •    ¿Y cuántos embragues puede soportar un gobierno en minoría antes de pedir la excedencia?

    •    Y lo más importante: ¿qué marca de ambientador tuvieron que utilizar para disimular el inconfundible “aroma político” que se acumulaba kilómetro a kilómetro en aquel diésel legendario?

Dicen que aquel coche lo soportó todo: baches físicos y políticos, curvas peligrosas y conversaciones aún más peligrosas. Un milagro del motor… y de la paciencia.

El coche como símbolo involuntario

Mientras la gente debate sobre vivienda, salarios o el precio del aceite, la política española ha encontrado un nuevo símbolo sentimental: un Peugeot 407 que, sin pretenderlo, terminó transportando más tramas que maletero tiene.

Algunos ya proponen declararlo Patrimonio Histórico-Político Nacional. Otros imaginan su merecida jubilación expuesto en un museo, con una placa que rece:

“Aquí se cocinaron cosas que usted nunca sabrá… pero que igualmente pagó.”

Conclusión: la política española y sus metáforas

Al final, en un país acostumbrado a que una investidura dependa de una frase, una alianza de un susurro y una legislatura de un mal gesto, ahora sabemos que todo también pudo depender de un Peugeot 407 diésel con más kilómetros que paciencia institucional.

Si algún día alguien rueda una película sobre esta etapa política, lo tendrán fácil:

solo necesitarán tres políticos, un país en tensión…

y un Peugeot dispuesto a aguantarlo todo.