228 razones y una más: la dignidad ahogada
Seis meses. Ese es el tiempo que ha pasado desde que una DANA histórica arrasó la Comunitat Valenciana el 29 de octubre de 2024, dejando a su paso 228 muertos, miles de familias rotas, y una administración que reaccionó con la agilidad de una piedra en el mar.

Hoy, medio año después, la DANA ya no ocupa portadas… pero el dolor sigue ahí.
Las casas se han secado, pero la memoria no. Muchas localidades aún no han recuperado su normalidad. Los seguros siguen negociando, las ayudas no llegan, y los vecinos viven entre obras, burocracia y una desconfianza que ni el hormigón más armado consigue tapar.
¿Y qué hace mientras tanto el president Carlos Mazón?
Muy sencillo: defiende los cítricos en Estados Unidos.
Porque, claro, cuando tu comunidad ha sufrido una de las catástrofes más graves en décadas, lo más lógico es viajar a Nueva York a hablar de aranceles, como si fueras eurocomisario con despacho en Bruselas.
Compromís y el cartel más caro de la ironía valenciana
La oposición, viendo el nivel del teatro institucional, ha decidido actuar a la altura del escenario. Compromís ha lanzado una campaña en Times Square con el lema “Tenemos 228 razones para que no vuelvas”, un guiño ácido a los fallecidos en la DANA y a los “retrocesos” políticos de Mazón y sus socios.
¿Gastar dinero en un cartel en Nueva York? Quizá. ¿Provocar titulares y vergüenza ajena a partes iguales? Sin duda. Pero hay algo que sí ha conseguido ese mensaje: ponerle palabras al malestar de miles de valencianos que sienten que, tras la catástrofe, nadie ha vuelto a mirarles a los ojos.
Joan Baldoví: “Mazón huye de València, no viaja”
El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha dicho sin rodeos que Mazón ha usado este viaje como excusa para huir del clamor social que sigue presente.
Porque ya no hay cubos ni barro, pero sí hay pancartas, rabia contenida y barrios enteros que parecen sacados de un documental post-apocalíptico.
Y mientras, el president posa sonriente en Manhattan, como si en Alaquàs no se hubiera roto nada, como si en Ontinyent no quedaran heridas abiertas, como si la responsabilidad se pudiera facturar en dietas de viaje.
Diplomacia naranja y realidad gris
Lo más curioso es que Mazón no tiene competencias para negociar ni un precio de tomate en el mercado de Alzira, pero se planta en EE.UU. a “defender los intereses de los agricultores” como si estuviera reescribiendo el Tratado de Libre Comercio.
La imagen es perfecta para Instagram, aunque en Xàtiva no haya conexión por culpa de las infraestructuras dañadas.
En resumen:
– Una catástrofe sin justicia.
– Un president con billetes de avión.
– Una oposición que lanza dardos desde pantallas de 10 metros.
– Y un pueblo que sigue esperando que alguien, por una vez, se quede y dé la cara.
Porque si hay 228 razones para que Mazón no vuelva, tal vez haya millones más para que alguien, por fin, se quede donde debe estar: en casa, con su gente y con una dimisión digna.