Borrachos y gamberros en Son Sant Joan

El aeropuerto de Palma se ha convertido en la primera etapa del turismo de desmadre, gamberrismo y borrachera que invade algunas zonas de Mallorca.

Son Sant Joan ve pasar por su terminal a miles de pasajeros cada día. Muchos llegan para pasar unas tranquilas vacaciones familiares. Otros, sin embargo, tienen un solo objetivo: la juerga desenfrenada durante todas su estancia.

Horas después de llegar a la isla, tras instalarse en sus hoteles, estos visitantes indeseados saldrán a la calle, bloquearán el tráfico, se desnudarán en la vía pública, consumirán alcohol de forma desenfrenada, se pelearán, practicaran sexo compulsivo entre ellos o contratando servicios de prostitutas, consumirán drogas y protagonizarán muchas otras actividades que contaminarán la imagen de Mallorca en general y de determinadas zonas turísticas en particular.

Pero el desenfreno comienza en sus lugares de origen, antes de subir a su avión destino a Mallorca.

José María Manso, presidente del Sindicato Profesional de Policía en Baleares, en el programa 'Entre tu i jo' de Canal4 Ràdio, ha denunciado este martes que cada vez es más frecuente la llegada al aeropuerto de Palma de pasajeros en estado de descontrol por el consumo abusivo de alcohol.

Manso ha recordado que en los aeropuertos de origen ya se consumen bebidas alcohólicas, con lo que los pasajeros suben a sus aviones contaminados. También ha denunciado el presidente policial que en las aeronaves las compañías aéreas venden bebidas espirituosas, aunque la legislación prohibe que viajen pasajeros afectados por ellas por ser un grave peligro para la seguridad del resto de los pasajeros y de la aeronave.

El pasado domingo esta situación de gamberrismo alcohólico llegó al límite en el aeropuerto de Palma cuando un grupo de viajeros británicos, tras descender de su avión, se instalaron en un bar de la terminal. Desde las 18.00 a las 21:00 horas consumieron alcohol de forma masiva, además de alborotar y provocar el malestar de los otros pasajeros.

Una vez concluída la primera etapa de su viaje de vacaciones alcohólicas, los pasajeros intentaron salir de la terminal por las puertas de control, que estaban cerradas. Al no poder franquearlas, la emprendieron a patadas contra ellas. En ese momento, dado el cariz que tomaban los hechos, varios agentes de la Policía Nacional de servicio en el aeropuerto se dirigieron hacia ellos para controlar y atajar estos hechos.

José María Manso, presidente del Sindicato Profesional de Policías, ha señalado que, entonces, "los turistas británicos se quitaron las camisetas y atacaron a golpes y puñetazos contra los policías". La situación acabó con varios viajeros alcoholizados detenidos y dos policías de baja por fuertes contusiones.

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