Fin a la pesadilla okupa en la antigua sucursal de la avenida San Fernando

Se acabó la pesadilla. Agentes de la Policía Nacional desalojaron este martes la sucursal okupada en la Avenida San Fernando de Palma. La propiedad, además, ha instalado una puerta sellada que pretende acabar con una situación que los vecinos han padecido durante los últimos doce meses.

Aliviados. Así se encuentran todos los vecinos de la avenida San Fernando de Palma después de que la policía desalojara este martes la antigua sucursal okupada. "Yo me enteré anoche porque mi hija me llamó y me dijo: mamá, ya se han ido los okupas", señala una vecina, quien asegura que "hemos pasado las de Caín. Aquí corría la policía, toda la calle llena de policía".

Unos agentes, que tras expulsar a los okupas, escoltaron a los operarios en la instalación de una puerta sellada con la que la propiedad pretende poner fin a la pesadilla que los vecinos han vivido en primera persona durante los últimos doce meses.

Peleas, amenazas, gritos y persecuciones eran la tónica habitual en esta antigua sucursal bancaria, ubicada a tan solo cincuenta metros del cuartel de la Policía Local, y donde las okupas llegaron a instalar una piscina desmontable para pasar al fresco los meses más calurosos del verano.

Un año muy duro para los vecinos de la zona, muchos de los cuales aseguran que el Gordo les ha tocado un día antes del sorteo de la Lotería de Navidad.

Testigo directo

Un año especialmente duro para Santos González, el propietario de la planta baja pegada a la sucursal. Doce meses en los que la única separación entre la terraza de su domicilio y el patio del local okupado ha sido un muro de 1,70 metros de altura.