Discapacitados e invisibles para Cort
Hace ya tres años que los usuarios de la Residencia de Son Güells, la única para grandes discapacitados menores de 65 años en Mallorca, presentaron al Ajuntament de Palma un proyecto para mejorar la accesibilidad en su entorno.
El documento recogía hasta 20 puntos negros que dificultaban su circulación con sillas de ruedas por el barrio. Después de dos actuaciones puntuales, y la correspondiente puesta de medallas políticas, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento han empeorado su movilidad por la zona.
Baches, semáforos imposibles y la falta de rampas son el día a día de unos residentes que se niegan a permanecer las 24 horas del día en su residencia. La visita al médico, incluso, supone toda una odisea.
Los residentes también solicitaron una parada de autobús adaptada que llegara hasta la residencia. La más cercana, en la calle Manacor, no cuenta con la tarima pertinente y la ayuda del conductor, en ocasiones, resulta indispensable.
El sueño de llegar hasta el centro de Palma, incluso hasta el mar, queda todavía demasiado lejos. Casi tanto como los tres años desde que los políticos se acordaron de estos también vecinos de Palma para hacerse la foto de autobombo de rigor.