Neurocirugía en jaque en Ibiza: una propuesta sanitaria devastadora

Un diagnóstico rápido es clave y la colaboración público sanitaria es imprescindible 
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Desde hace 25 años la colaboración público-privada en la atención a urgencias neuroquirúrgicas en Ibiza ha sido un modelo de eficacia y servicio centrado en el paciente. La colaboración entre la Conselleria de Salut de las Islas Baleares y el Grupo Policlínica desde el año 2000 ha permitido que muchos pacientes con patologías neurológicas graves fueran intervenidos sin necesidad de abandonar la isla, lo que ha reducido los tiempos de espera y mejorado los resultados clínicos en situaciones donde el tiempo es un factor crítico.

6.000 pacientes intervenidos quirúrgicamente después, podemos afirmar que esta colaboración ha funcionado como una solución inteligente para un contexto geográficamente particular. Ibiza cuenta con un único servicio de Neurocirugía completo presencial las 24 horas, cubriendo todos los ámbitos de la neurocirugía programable y urgente. Gracias a este modelo todos los pacientes podrían ser operados con celeridad en la Policlínica Ntra. Sra. del Rosario.

Si embargo, por sorpresa, recientemente se está pretendiendo modificar el protocolo de derivación desde el Ib-salut generando inquietud en el entorno sanitario y social de las Islas Pitiusas. La Conselleria ha decidido trasladar a todos estos pacientes urgentes al Hospital de Son Espases en Mallorca, en lugar de continuar con la derivación desde el Hospital de Can Misses al centro privado en Ibiza con capacidad operativa demostrada.

El resultado, en síntesis, es que los que antes se podía diagnosticar y operar en una hora, ahora, con dicho traslado, y todo lo que conlleva, pueden pasar más de 6 horas. Y en una urgencia neurológica, este margen de tiempo puede marcar la vida o la muerte de un paciente.

La ‘Hora de Oro’

Hasta este cambio, los casos urgentes podían resolverse localmente, gracias a la colaboración con la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, con una unidad de servicio de Neurocirugía a pleno funcionamiento desde hace 25 años con miles de pacientes operados.

La disponibilidad de neurocirujanos y quirófano las 24 horas facilitaba intervenciones dentro de la llamada "hora de oro", un tiempo crítico para minimizar daños neurológicos. En neurocirugía de urgencias, esta regla se vuelve aún más crítica. Por poner un ejemplo, una hemorragia intracraneal no tratada puede provocar daño cerebral irreversible en menos de 60 minutos. Lo mismo ocurre en otras patologías de alta complejidad como crisis epilépticas prolongadas, hemorragias cerebrales, traumatismos craneoencefálicos severos o tumores cerebrales.

La colaboración público-privada, y más en sanidad, no debe centrarse en cuestiones ideológicas o de otro tipo, y solo responder a resultados de eficiencia en salud, más si cabe en un contexto de urgencias médicas. Los pacientes no pueden estar atrapados entre la burocracia y la atención médica. Es por ello que cambiar un protocolo de estas dimensiones, sin razones médicas claras, es poner en riesgo a personas en situaciones que hasta la fecha no se han producido gracias a dicha colaboración.

Consecuencias clínicas y humanas

Los traslados a Palma implican una logística compleja, activación de vuelos medicalizados y la necesidad de liberar recursos en Son Espases. Todo ello introduce demoras que, en patologías neuroquirúrgicas, pueden traducirse en peores pronósticos o secuelas evitables.

Desde el ámbito sanitario se exige una reflexión sobre esta nueva directriz, con el objetivo de recuperar el enfoque centrado en el paciente y en la eficiencia del sistema. No se trata de elegir entre pública o privada, sino de sumar capacidades en beneficio de quien más lo necesita en un momento crítico.

A corto plazo, el cambio podría parecer una reorganización menor. Sin embargo, los costes derivados y, sobre todo, las secuelas neurológicas evitables y la presión sobre otros centros sanitarios podrían poner en jaque la eficiencia del sistema. Y, además, sin una razón sanitaria que apoye el cambio de protocolo médico.

En definitiva, durante mucho tiempo, el modelo de intervención mixta en Ibiza ha permitido abordar urgencias neuroquirúrgicas con resultados positivos y alta satisfacción por parte de los pacientes. Si bien es legítimo revisar y mejorar los protocolos, muchos profesionales coinciden en que eliminar una opción operativa que ha demostrado su eficacia puede ser un error con consecuencias importantes.

En un entorno tan singular como el insular, la colaboración público-privada no es una alternativa, sino una necesidad. Porque en urgencias neuroquirúrgicas, un diagnóstico exprés es la clave que puede salvar vidas.

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