Una propiedad irresponsable, una gestión nefasta y una plantilla sin alma

Estas son las causas de un descenso a Segunda B y que ha echado por tierra 36 años de historia del Real Mallorca. Una propiedad que se ha desentendido, que ha permitido una gestión horrible, con una persona al frente sin experiencia.
La pasada temporada ya se salvó de milagro y no hicieron nada para cambiar la dinámica. Se continuó con un entrenador que fue un desastre y que ya no debía seguir.
Maheta Molango ha demostrado que como abogado será un genio, pero como gestor de fútbol es un desastre. Formó una plantilla de futbolistas que no han dado la talla y sin personalidad y que han perdido la categoría sin ninguna dignidad.