Ibiza, capital médica: la revolución silenciosa en neurocirugía

En Policlínica Nuestra Señora del Rosario de Ibiza, del Grupo Policlínica, se ha consolidado una técnica quirúrgica que ha transformado la neurocirugía de columna en Europa

Entre playas de arena blanca y aguas cristalinas, en la “Isla Bonita” del Mediterráneo, una revolución médica avanza en silencio. No hace ruido, pero cambia vidas.

En Policlínica Nuestra Señora del Rosario de Ibiza, del Grupo Policlínica, se ha consolidado una técnica quirúrgica que ha transformado la neurocirugía de columna en Europa. Se trata de la cirugía endoscópica biportal, un método mínimamente invasivo que ya suma unos ocho centenares de intervenciones en este centro hospitalario. Y no es una cifra cualquiera: cada operación representa una historia de dolor olvidado, de rutina recuperada.

La técnica nació lejos de aquí, en el Barun Hospital de Corea del Sur, pero fue el equipo de neurocirujanos españoles liderado por Pedro Llinás quien la trajo a Europa convirtiéndolo, junto a otros equipos europeos, en referencia continental. “Lo primero fue formarnos en JinJu, un pueblo de Corea del Sur. Lo segundo, aplicarlo. Lo tercero, compartirlo”, resume el Dr, Llinás, con ese tono que mezcla humildad clínica y entusiasmo científico. Desde 2017, él y su equipo no sólo operan, también enseñan. Fueron los primeros formadores acreditados en el continente europeo, y su quirófano se ha convertido en aula para cirujanos de medio mundo.

La cirugía endoscópica biportal no es ciencia ficción, aunque su descripción suene casi futurista. A través de dos pequeñas incisiones en la espalda —de apenas medio centímetro— se introducen una cámara de alta definición y herramientas de microprecisión. Desde allí, el cirujano navega por la columna vertebral como si lo hiciera por un mapa tridimensional. Lo ve todo en tiempo real, con una nitidez que ni el mejor microscopio quirúrgico puede ofrecer.

“La diferencia no está solo en el tamaño de la incisión, sino en la capacidad de ver el nervio, identificarlo y no dañarlo”, explica. “Eso reduce muchísimo las complicaciones”. ¿Y el dolor postoperatorio? “En muchos casos, con un analgésico y un antiinflamatorio es suficiente”, añade.

La recuperación es casi inmediata si se compara con las técnicas tradicionales. Un día de ingreso. Nada de UCI. En muchos casos, sin tornillos, sin fijaciones, sin necesidad de reeducación muscular intensa. “Operamos desde escoliosis hasta estenosis lumbar, pasando por tumores vertebrales, hernias discales o simples biopsias”, detalla Llinás. “Y los resultados son espectaculares”.

Pero el avance no se detiene ahí. La Unidad de Neurocirugía del Grupo Policlínica ha apostado decididamente por la innovación. Además de la técnica biportal, el equipo ha incorporado herramientas como el aspirador ultrasónico, que permite disolver tejidos tumorales con precisión milimétrica sin dañar estructuras nerviosas; técnicas de estimulación medular para pacientes con dolor crónico intratable; y cirugía mínimamente invasiva con neuronavegación aplicada también a lesiones craneales. “Cada tecnología que sumamos tiene un objetivo: hacer que el paciente sufra menos y se recupere antes”, afirma Llinás. “No operamos más. Operamos mejor”. No en vano, más de 6.000 intervenciones se han realizado en estos quirófanos a lo largo de sus 25 años de historia.

De Corea del Sur a Ibiza, de Ibiza al mundo

Si algo enseñó la COVID-19 fue que cada cama cuenta. La saturación hospitalaria puso a prueba a todos los sistemas de salud del mundo. En ese contexto, la técnica biportal demostró no solo eficacia médica, sino eficiencia logística. “El paciente entra, se opera, pasa a planta y en 24 horas tras recuperarse de la anestesia general está en casa”, explica Llinás. “No ocupa UCI, no colapsa servicios críticos”.

Durante la pandemia, mientras muchas cirugías se cancelaban por falta de espacio, esta siguió adelante. Los protocolos de aislamiento permitieron operar con seguridad, y la rapidez de recuperación evitó contagios y aglomeraciones. “Incluso en los peores momentos, pudimos seguir devolviendo calidad de vida”, resume el médico, visiblemente orgulloso.

La técnica biportal no es una moda. Es el resultado de años de investigación, de colaboración internacional y de una visión compartida entre dos centros médicos separados por 10.000 kilómetros: el Barun Hospital y la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Médicos coreanos visitan Ibiza con frecuencia. Los españoles viajan a Corea del Sur a seguir aprendiendo.

La gran baza de Policlínica no es solo la pericia médica. Es la tecnología. Fue el primer hospital de Europa que incorporó la neuronavegación a la cirugía endoscópica biportal. Un sistema que permite planificar con exactitud cada movimiento del instrumental y reducir al mínimo los márgenes de error.

“La neuronavegación nos da un plus de seguridad”, explica Llinás. “Podemos preservar aún más la funcionalidad de la columna”. En un campo donde milímetros hacen la diferencia entre el éxito y la lesión permanente, la precisión es poder.

Además, la técnica se ha convertido en una aliada clave en las llamadas cirugías de revisión: intervenciones sobre pacientes ya operados con anterioridad, donde la anatomía está alterada. “Con el endoscopio podemos ver claramente qué está pasando, identificar la causa del dolor y resolverla sin agravar el cuadro”, subraya.

Cada paciente es un mundo. Un joven deportista con hernia discal que no puede entrenar. Una mujer mayor que apenas logra caminar hasta el baño. Un hombre con un tumor vertebral que compromete su movilidad. A todos ellos, esta cirugía les ofrece algo que parecía perdido: calidad de vida.

“No hay nada más gratificante que ver a un paciente volver a su rutina después de años de dolor”, dice Llinás. En su mirada hay emoción genuina. Detrás de cada caso clínico hay una historia de sufrimiento silenciado, de vida puesta en pausa. Y cada intervención es una oportunidad para reactivarla.

Ibiza, faro de innovación médica

Que esta revolución se gestara en Ibiza no deja de tener un componente simbólico. Una isla asociada al ocio, que se convierte en vanguardia médica. “Aquí no sólo bailamos. También operamos a nivel mundial”, bromea el Dr. Llinás. Pero detrás de la sonrisa hay una verdad inapelable: este pequeño hospital, enclavado en el Mediterráneo, ha cambiado la neurocirugía europea.

Y lo hace sin aspavientos. Sin titulares rimbombantes. Con bisturí en mano, visión quirúrgica en 4K y un compromiso firme con la ciencia. Porque a veces, las revoluciones más importantes no se hacen en la calle. Se hacen en silencio. En un quirófano. A través de dos pequeñas incisiones. Y con el objetivo más noble de todos: aliviar el dolor.